sábado, 16 de agosto de 2008

El juego de la vida

Enfrascados en esto de buscar patrones, muchos matemáticos y científicos de otras ramas se propusieron hacerlo en ámbitos reales, llenos de incertidumbre y variables diferentes. Y comenzaron a probar distintos acercamientos, modelizaciones los llaman, ya que son formas más o menos precisas y ajustadas de modelar situaciones reales.

Y así encontraron la manera de representar el crecimiento de poblaciones, como ya vimos con los conejos, descubrieron cómo mejorar la respuesta del sistema inmune ante enfermedades como la leucemia, detectaron la belleza de obras de arte, e imaginaron tantas otras cosas que hoy usamos sin saber la matemática que encierran.

En 1970 el matemático John Conway diseñó tres simples reglas que pueden simular el desarrollo de células: nacen, sobreviven, se reproducen y mueren según la cantidad de vecinos que tienen, y eso porque depende de la disponibilidad de recursos. Lo que Conway hizo fue diseñar un patrón de comportamiento que aplicado una y otra vez genera la simulación de vida. Eso de repetir procedimientos se llama "iteración". Se crea así una suerte de campo de celulas que actúan por turnos como si estuvieran vivas. Hay que verlo para comprenderlo bien:



Además de ser entretenido, y muy llamativo, esto tiene muchas aplicaciones. Permite predecir el comportamiento de células reales, animales, vehículos en el tráfico de una ciudad, virus de computadores, enfermedades humanas, y hasta hay quien cree que puede llegar a usarse como conducta para exploradores autómatas en otros planetas. En la Universidad de Maine, por ejemplo, diseñaron Micromundos con termitas, abejas, tortugas y conejos que reproducen distintos comportamientos.

Para ver mucha más información (en inglés) acerca de "El juego de la vida" se puede visitar esta página. Y también se puede jugar!

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