miércoles, 5 de mayo de 2010

Negro sobre blanco

Si hay áreas del conocimiento que se suponen disjuntas, esas son la Matemática y la Literatura. Opuestas, contrarias, antagónicas, obligan a tomar una decisión dicotómica: o se elige a una o se elige a la otra, en una dialéctica inevitable.
Sin embargo, sobran ejemplos de quienes se animaron a ir contra este absurdo patrón de conducta: matemáticos que escriben, y muy bien, como Guillermo Martínez (cuya novela "Crímenes imperceptibles" fue llevada fielmente al cine), o escritores que se apasionan por la matemática, su lógica, sus sorpresas y sus secretos (¿cómo no citar a Jorge Luis Borges y su "Biblioteca de Babel"?).


Y también están aquellos que no pueden escapar a su halo de encanto, y lo hacen con ternura, poesía y simplicidad. Ese es el caso de Juan José Caruso, que en su cuento breve "El infinito", se vale de una idea ampliamente difundida (aunque de difícil análisis) para representar el fin último de un humilde profesor y su retorno a la felicidad.

Siguiendo este vínculo puede leerse la biografía del autor y el texto completo. Se encuentra en el libro "Con la pluma y la palabra", de Ediciones Colihue, y fue publicado en Buenos Aires, Argentina, en el año 1995 (ISBN 9789505810970).

Gracias a la Prof. Adriana Lenardón por facilitar el vínculo.